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Mariah & Nathaniel

Mientras la audiencia esperaba por Mariah Carey, quien llegó con 25 minutos de retraso al Adelaide Entertainment Centre, había un poco de nerviosismo en el aire.

Los fans habían podido leer, al menos, crónicas buenas y malas sobre el concierto de hace unos días en Perth y sobre lo visto y oido, en los conciertos de Asia, donde tuvo algunos problemas de voz.

Huelga decir, que para el primer concierto de Mariah en Adelaida, nadie sabía que esperar.

Pero desde el momento en el que la diva apareció en el escenario, cantando Fantasy, todas las dudas se disiparon. Vestida en con un traje de brillantes que rivaliza con Brynne Edelsten y acompañada por siete bailarines y ocho músicos, Mariah estuvo, en su mayor parte, increíble.

La voz que adorábamos en los 90 está de vuelta. Ella incluso llegó a sus notas más famosas, sus brutales «whisles» de Emotions. Pero lo que más brilló fue el hilarante sentido del humor de Mariah.

Ella es claramente una artista que no se toma a si misma muy en serio y aprovecha cualquier oportunidad para jugar a su «papel de diva».

A lo largo de toda la noche ella se refirió cariñosamente a su audiencia como «lambs» o «Dahhhlings» (queridos) y quien si no Mariah podría ser capaz de tener una visita de su departamento de vestuario sobre el escenario, adorando sus joyas y atusándose el pelo y maquillándose mientras se sienta sobre un gran piano en un vestido de gala negro.

normal_10542806_590893544347790_5402199871091984042_oTodas las favoritas estuvieron allí, Touch My Body y Honey fueron los platos fuertes del set de casi dos horas de duración. Hubo incluso un pequeño trozo de All I Want For Christmas por parte de su telonero Nathaniel Willemse, quien probó que es una estrella a tener en cuenta.

Con no más de 3.000 en el público, el escenario fue muy simple, incluso parecía que alguien acababa de ir al DK Fabrics (una tienda de telas australiana) para coger 10 metros de lamé dorado antes del concierto.

Los niveles de energía de Mariah fluctuaron. A veces ella lo daba todo y otras se movía por el escenario como una envejecida drag queen.

Ella incluso hizo playback durante un medley de sus éxitos R&B como Heartbreaker, que podría haber sido perdonable si ella hubiera estado haciendo cabriolas como uno de sus bailarines, pero por desgracia, no era el caso.

Pero nada de eso importó al final, pues el público la adoró.

Quizá ellos estaban aliviados, quizá la descarada personalidad de Mariah los hechizó durante el concierto. Fuera lo que fuera, funcionó y la amamos por ello.

¡Viva La Diva!

Fuente: AdelaideNow :: MariahNow :: MundoMariah

Mariah brilla y hechiza al público de Adelaida
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